

Amante Escritor
El amor es algo que he perseguido toda la vida. Tal vez por destinación, por suerte o simplemente por error en mis elecciones, nunca he conseguido eso que tanto he buscado. Bueno, para ser exactos hasta ahora. Digo y soy enfático en decir ahora, puesto que he besado de forma sorpresiva a Nicole. Ella respondió mi gesto de amor, pero de inmediato se comenzó a reír y yo no esperaba esa respuesta de su parte. Podía creer que me retara, se quejara o me abofeteara tan sorpresivame


La Peliteñida
Es cierto, puede sonar un poco despectivo que te haya puesto el sobrenombre de peliteñida, pero todo comenzó como una inocente broma. Este apelativo tan poco sutil lo escuché la primera vez en una teleserie colombiana, y ahora con mi hermana hacíamos uso de esta palabra para referirnos a ti. No lo hacíamos con un fin de molestarte o de caracterizarte por tu pelo que la verdad que no era teñido, sino que un rubio natural bien cuidado, al menos eso decía mi hermana y con el tie


La vida sin Felicia
Lo supe desde el primer momento en que la vi, ella sería la mujer más importante de mi vida. Nuestro primer encuentro no fue en un café, no fue en un restaurant, ni un en parque como todos los que aman suelen contar de sus historias de amor, sino que nos conocimos en un hospital. Desde ese primer momento, fue amor, si lo digo con total convencimiento, fue amor y mi primer gran amor. Sin entender cómo sucedió todo, comenzamos a vivir juntos. Mis primeros meses con ella fueron


Solo soy un tipo
Solo soy un tipo común que no es tan diferente al resto. Solo soy un tipo que escribe mejor de lo que habla. Solo soy un tipo que le encanta estar en conciertos y espectáculos porque canaliza sus energías en el mensaje que los artistas quieren entregar y los hace suyos. Solo soy un tipo que ante el mundo se representa como extrovertido, pero que es todo lo contrario, silencioso, no le gusta la bulla y prefiere el silencio de la naturaleza como la mejor acompañante de sus sueñ


Si fueses como un helado
Si fueses como un helado, de seguro que te comería todo el día. No me importaría que fueras de sabor vainilla, frutilla u otra exótica opción de la vitrina… te escogería igual. Si fueses como un helado, te saborearía lo justo para hacerte durar y así demorar nuestra obvia separación que se ve interrumpida a cada momento, por los rastros de tus besos en mi camisa. No hay duda alguna que acompañarías amenamente nuestras conversaciones extendidas que hablan del amor que decimos