

Si fueses como un helado
Si fueses como un helado, de seguro que te comería todo el día. No me importaría que fueras de sabor vainilla, frutilla u otra exótica opción de la vitrina… te escogería igual. Si fueses como un helado, te saborearía lo justo para hacerte durar y así demorar nuestra obvia separación que se ve interrumpida a cada momento, por los rastros de tus besos en mi camisa. No hay duda alguna que acompañarías amenamente nuestras conversaciones extendidas que hablan del amor que decimos